KILIMS – Alfombras planas tejidas

El tejido es un arte que se practica con éxito desde los tiempos más remotos. La base del tejido reside en la textura que se produce al unir hilos verticales y horizontales. La historia del tejido revela dos técnicas principales: la técnica del ag orgusu (red) y la técnica del ilmik (bucle).

En la técnica del ag orgusu , el tejido se teje de forma continua, por medio de un instrumento que realiza la función de una aguja de crochet.

En la técnica ilmik , las bandas de rodadura se estiran sobre un marco y se separan en secciones delantera y trasera mediante caminos. La tela se produce enrollando a mano las bandas de rodadura insertadas entre ellas.

La primera técnica se remonta a la prehistoria y ha sido utilizada por todas las comunidades, desde las más primitivas hasta las más avanzadas. Se pueden encontrar ejemplares de esta técnica, que comenzó con las redes de pesca tejidas con huesos de animales por el hombre primitivo, en todo el mundo, desde el Pacífico hasta América del Norte y del Sur, y desde África y Asia hasta el Lejano Oriente y Australia. Esta técnica, tan antigua como la humanidad misma, todavía se utiliza hoy en día para fabricar cestas, bolsos y sacos.

La segunda técnica, ilmik , se encontró en la Antigua Grecia y Egipto, y se ha empleado desde la Edad del Bronce hasta nuestros días.

La forma más sencilla de tejido derivada de estas dos fuentes es el bez ayagı dokuma . En este caso, la tela se produce pasando las hebras de trama horizontales por encima y por debajo de la urdimbre vertical. Pero, en muchas regiones, la técnica del ag orgusu se parece tanto a la técnica del tejido que es casi imposible decir dónde termina una y dónde empieza la otra.

En algunas regiones los telares son tan primitivos que, a pesar de utilizar un telar, el trabajo real consiste simplemente en entrelazar los hilos.

En el transcurso de la evolución, aparecieron dos tipos de telares. En el telar vertical, se forma un bastidor formado por dos vigas laterales largas con muescas, unidas en la parte superior e inferior por dos vigas cilíndricas largas. Estas vigas cilíndricas se insertan normalmente en casquillos en los que pueden girar, y es alrededor de estas vigas horizontales donde se enrolla la urdimbre. Las varillas horizontales que se utilizan para separar los hilos de la urdimbre se apoyan en las muescas de las vigas verticales y se mueven hacia arriba a medida que avanza el trabajo.

Todo tipo de tejidos, desde las alfombras de intrincados diseños pertenecientes a las capas culturales más antiguas de América del Sur o las culturas indígenas de América del Norte, hasta los tejidos planos y las alfombras de pelo anudado de las tribus nómadas y los pueblos sedentarios de Asia occidental y central, se tejían en este tipo de telar y se encuentran con frecuencia en fuentes antiguas, siendo el más famoso sin duda el telar mencionado en la Odisea de Homero, en el que la esposa de Odiseo, Penélope, se sentó pacientemente a esperar el regreso de su señor de Troya, destejiendo por la mañana lo que había tejido durante todo el día anterior.

El otro tipo de telar es el telar horizontal.

Aunque se basa en el mismo principio funcional que el telar vertical, la diferencia en la distribución de los dos telares da la impresión de que siguieron caminos de desarrollo completamente separados. El telar horizontal no está limitado ni por las dimensiones limitadas de un espacio interior ni por el soporte sobre el que se apoya el telar. Además, tiene la ventaja de que se puede fijar a una base al aire libre, lo que permite producir telas de gran longitud.

Se clavan en el suelo cuatro postes de acuerdo con el ancho del telar y la longitud de la tela a tejer. En la parte exterior de estos postes, se atan firmemente dos varillas regulares a unos 10 cm por encima del suelo en los dos extremos estrechos del telar rectangular. Estas varillas realizan la misma función que las varillas móviles en el telar vertical. A continuación, se fijan los hilos de urdimbre a estas dos varillas y, a continuación, se coloca un palo recto con piedras unidas a cada extremo en el centro de la urdimbre de manera que quede a un nivel más alto que los hilos de urdimbre. A continuación, se fijan los hilos de la sección inferior a este palo y se recoge la holgura. A continuación, se inserta un palo plano en la sección superior del telar para separar los hilos de urdimbre.

El telar horizontal se encuentra sobre todo en el sur y el este de Asia. Aunque todavía se emplean algunos tipos muy primitivos de telar en comunidades aisladas de estas regiones, se producen cambios continuos debido a las diversas incorporaciones y mejoras realizadas.

La invención del tejido no sólo hizo posible el abastecimiento de ropa sino que también proporcionó alfombras y tapices que podían esparcirse como producto del frío en el suelo de las habitaciones en las que vivía la gente.

Los primeros materiales consistieron en juncos y fibras vegetales, pero alrededor del 8000 a.C., tras la domesticación de los animales, éstos fueron sustituidos por la lana.

En un principio, parece que las alfombras y tapices se utilizaban únicamente para decorar los suelos y las paredes de los santuarios y los edificios sagrados. Pero el descubrimiento de pesos y husos para tejer en excavaciones realizadas en asentamientos que datan del año 6000 a. C. indica que, para entonces, el uso de tejidos se había extendido a la vida secular y a las viviendas privadas.

Aunque las fuentes antiguas, las pinturas murales y de vasos y los relieves de los sellos cilíndricos proporcionan un conocimiento hipotético considerable sobre el arte del tejido, y aunque los diseños de mosaicos ofrecen un repertorio estrechamente relacionado, sin duda se deben buscar ejemplares reales entre los hallazgos producidos por las excavaciones.

De particular importancia son los fragmentos de lana y lino con dibujos geométricos que datan del siglo ^VII a.C. encontrados en Gordion, en Anatolia, y los kilims de tejido plano descubiertos en 1947 en un túmulo durante las excavaciones (1929-1949) realizadas en el valle de Pazyryk en los montes Altay, en la Unión Soviética.

Estos fragmentos de kilim de lana con técnicas de tejido de hendidura tienen forma de tiras y parecen haber sido utilizados como accesorios decorativos para la ropa. Los seis colores diferentes empleados en estos kilims están dispuestos de tal manera que, cuando se miran en diagonal, siempre se puede ver que los mismos colores se suceden uno tras otro. El diseño en zigzag, que consiste en motivos de ganchos que ascienden en forma de escalera, muestra un parecido asombroso con los tejidos iraníes contemporáneos.

Los fragmentos descubiertos en Lou-lan, en el Turkestán Oriental, un centro muy importante para hallazgos de este tipo, pertenecen al siglo ^II a.C.

Sin duda, nuevas excavaciones e investigaciones producirán más hallazgos que abrirán nuevos horizontes en nuestro conocimiento de los kilims y las alfombras de tejido plano y, al mismo tiempo, nos plantearán nuevos problemas.